El dilema de los billetes enterrados: Keynes vs la Doctrina Social de la Iglesia

Por Andrés López*

En el famoso capítulo 10 de su “Teoría General”, John Maynard Keynes, discutiendo contra las visiones “ortodoxas” acerca de las mejores políticas para salir de situaciones de depresión y elevado desempleo, nos dice:

“Si la Tesorería se pusiera a llenar botellas viejas con billetes de banco, las enterrara a profundidad conveniente en minas de carbón abandonadas, que luego se cubrieran con escombros de la ciudad, y dejara a la iniciativa privada, de conformidad con los bien experimentados principios del laissez-faire, el cuidado de desenterrar nuevamente los billetes (naturalmente obteniendo el derecho de hacerlo por medio de concesiones sobre el suelo donde se encuentran), no se necesitaría que hubiera más desocupación, y con ayuda de las repercusiones, el ingreso real de la comunidad, y también su riqueza de capital probablemente rebasarían en buena medida su nivel actual” (p 121 en la edición del Fondo de Cultura Económica de 1965).

Creo que esta propuesta, que en su momento Keynes hizo en tono de broma, hoy debería ser considerada con la máxima seriedad por parte del gobierno de Mauricio Macri, como un paso importante en el tránsito hacia la reactivación de la economía y la recuperación del empleo. Vistos los recientes acontecimientos, está claro que un programa de concesiones que otorgue derechos de excavar el suelo de diversas partes del territorio argentino en donde se sospecha que puede haber dinero y otros activos valiosos ocultos, sería una medida que podría no sólo generar numerosos puestos de trabajo sino también aportar recursos significativos a las alicaídas arcas fiscales. Estoy seguro de que el espíritu emprendedor de la comunidad local reaccionaría de modo entusiasta ante esta iniciativa, que además cuenta con la ventaja de que puede implementarse de modo inmediato, ya que, a diferencia del caso keynesiano, los billetes ya están enterrados.

Entiendo que si el gobierno enviara una ley de estas características al Parlamento la misma sería votada de forma casi unánime, incluida la bancada del FPV, ya que su referente en temas económicos es un erudito en la obra de Keynes.

Cabe, sin embargo, contemplar la eventualidad de un rechazo por parte de dicho experto, ya que sus últimas declaraciones sugieren que hoy es más bien un partidario de la Doctrina Social de la Iglesia. Y es aquí donde surge una posible duda. ¿No será que el ex funcionario recientemente detenido es la avanzada de un movimiento más general inspirado en dicha Doctrina? En efecto, ¿no sería posible pensar que los dineros habidos de forma ilegal por parte de diversos miembros del anterior gobierno no hubieran constituido un fondo de reserva en previsión del triunfo del neoliberalismo? ¿Y que ese dinero no estuviera, desde el momento cero, destinado a ser canalizado a obras de caridad y donaciones a la Iglesia y otras formas de ayuda directa a los pobres? Si ese fuera el caso, encontraríamos que lo ocurrido no fue magia y que todo estaba perfectamente planeado desde el comienzo. Y esto explicaría muchas cosas extrañas que han pasado en los últimos tiempos.

En fin, dejo planteado el dilema entonces sobre dos formas de pensar la salida a la difícil situación actual que atraviesa el país. Reactivación keynesiana vs combate directo a la pobreza. Que Dios nos ayude a encontrar cuál es la mejor.

*Doctor en Economía (Universidad de Buenos Aires). Director del Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT). Director del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas (Universidad de Buenos Aires) y Profesor Titular Regular de dicha casa de estudios en la materia Desarrollo Económico.

 

5 comentarios sobre “El dilema de los billetes enterrados: Keynes vs la Doctrina Social de la Iglesia

  1. Coincido con Agustín. Por suerte la UBA tiene profesores como Andrés, si no estaría mucho peor.
    Como resulta obvio para los que nos siguen, Alquimias se caracteriza por propiciar debates con argumentos y tener sentido del humor (única manera de sobrevivir en esta sociedad). Para aquellos que no tengan alguna de esas cualidades o carezcan de ambas hay muchísimos blogs disponibles que les serán más apropiados.

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    1. Impecable, Andres!!! El piadoso comentario de San Agustin me hizo recordar un aspecto adicional que habria que considerar para entender el rol de este «fondo anticiclico eclesiástico contra el neoliberalismo». El último Le Goff, en una obrita impecable, La Edad Media y el Dinero, nos recuerda el papel que, en La Edad Media, tenia la tesaurizacion -bajo la forma de reliquias religiosas- como mecanismo para preservar los ahorros en los conventos contra la apetencia fiscal incontenible de los señores feudales. Sólo que, presumo, en esa época eran algo menos rústicos: la desmonetizacion del oro y su conservación bajo la forma de objetos de culto tenía una tasa de depreciación bastante mas reducida; enterrar billetes con olor a humedad vieja y que se pudren bajo tierra supone un retorno nominal negativo para el susodicho fondo anticiclico…
      Una forma de reescribir la historia, en su modalidad de farsa….al decir de Karl. ¿Que opinarian de este doble homenaje algunos de sus ex-cultores en sus cátedras, en esa Edad Mítica de la UBA a la que apela San Agustin?
      Dejo para otro momento la vinculación de las pías inclinaciones de San Agustin, y sus seguidores con la doctrina tomista de la Iglesia sobre la usura, el interes y la avaricia. Pueden, entretanto, consultar con provecho ese otro clasico de Le Goff: Le Bourse et La Vie (economie et religion au Moyen Age)
      Académicos abrazos, sk

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      1. Gracias Sebastian por el muy erudito comentario. Quizás los amigos podrían impulsar la canonización del matrimonio pingüino y luego comenzar con la producción de medallitas, imágenes y otros objetos de culto que podrían estar a salvo de las inclemencias a las que está sujeto el dinero físico. Una idea nomás, quizás prospere en el actual contexto ….

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