Hasta siempre Oscar!

Andrés López

Allá por Agosto de 2014, junto con un grupo de colegas vinculados a la carrera de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA, creamos un sitio destinado a promover el debate de ideas en torno a «los problemas económicos en general», con un interés especial por aquellos «de nuestro país y la región». La consigna del blog, que llamamos Alquimias Económicas, fue, desde sus inicios, abandonar toda tentativa de representación institucional en favor de la diversidad y el pluralismo de argumentos y opiniones (fundadas en evidencia académica, pero evitando «tecnicismos innecesarios»), buscando siempre trascender la audiencia de los colegas en procura de «alcanzar a un público que trascienda los límites de nuestra disciplina».

Oscar Cetrángolo estuvo dentro de ese grupo fundador y hasta sus últimos días siguió aportando insumos a este blog (su última entrada, sobre federalismo fiscal, corresponde al 22 de octubre de 2025, cuando la maldita enfermedad que se lo llevó ya había mermado su físico, pero no su capacidad de trabajo, su entusiasmo por participar en el debate público y la agudeza de su pensamiento). La primera entrada que publicó Oscar es del 7 de agosto de 2014 y su título es revelador de una de sus obsesiones, sobre la que escribió repetidamente en Alquimias: «Parche a parche, ¿qué camino se hace al andar?». En efecto, escribiera sobre temas tributarios, gasto público, federalismo fiscal, salud, educación o sistema previsional, Oscar siempre insistió en el hecho de que en las últimas décadas la Argentina se caracterizó, entre otras ignominias, por la acumulación de «reformas» parciales, y muchas veces mal encaminadas, que no resultaban más que parches transitorios ante la imposibilidad de dar debates serios y profundos en búsqueda de consensos duraderos sobre las mejoras formas de abordar los problemas de fondo de cada una de esas áreas De paso notemos que el título de aquel posteo también nos remite a otro de sus grandes intereses, la música, pasión que compartimos (lo mismo que la del cine) y sobre la cual discurrimos largamente tanto en el programa de radio que condujimos junto con Norberto Lema en Radio UBA (Partida Doble), así como en la «Oficina J» de la FCE-UBA, que cohabitamos también con Roberto Bisang y Javier Curcio.

Oscar se fue, y sé que lo hizo con amargura frente a la persistente decadencia de la economía argentina, y también frente al franco deterioro del nivel del debate público sobre muchos de los grandes temas acerca de los que investigó durante su larga y prestigiosa carrera. Pero nunca perdió el sentido del humor, con el que alegró siempre las charlas en la Facultad y en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política, IIEP, del cual fue también miembro fundador y pilar de su desarrollo posterior. Tampoco, y a pesar de su desencanto con la evolución de la cosa pública en el país, perdió su voluntad de opinar y debatir, siempre de forma directa y a veces cruda, pero con una gran honestidad intelectual y desde el conocimiento profundo de los problemas que trataba (contra lo que él llamaba con gran inventiva irónica «economistas de amplio espectro»).

Esta es la primera nota que escribo en este blog que no va a pasar previamente por la lectura de Oscar. No me va a corregir errores ortográficos o gramaticales, no me va a hacer comentarios relevantes ni me va a sugerir títulos ocurrentes. Lo vamos a extrañar mucho pero lo vamos a recordar siempre.

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