El escenario post-pandémico y el surgimiento del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania han acentuado la preocupación por las consecuencias asociadas al fenómeno de la inflación global. La guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia están alterando los envíos y posiblemente la producción de dos de los mayores productores agrícolas del mundo. Los dos países representan casi el 30% de las exportaciones mundiales de trigo y el 18% del maíz, la mayoría del cual se envía a través de los puertos del Mar Negro que actualmente se encuentran cerrados. Los futuros de trigo negociados en Chicago, el punto de referencia mundial, subieron recientemente a un nivel récord. Por otro lado, afectan los suministros de gas y petróleo, dos insumos estratégicos para toda la matriz energética.