EL ÍNDICE “PIZZA PIOLA”

Pizza-mozzarella

Por Jorge Lucángeli *

La humana curiosidad,
empuja y abre las puertas,
mas otras están abiertas,
por pura fatalidad.
Y toda prudencia es poca
buscando la moraleja,
pues toda puerta aconseja
la moraleja que aplico,
diciendo a mi propia boca,
¡Cerrá…cerrá que después te explico!
[1]

En septiembre de 1986 la revista The Economist publicó la primera estimación de los tipos de cambio de un conjunto de países a través de la comparación de los precios de las hamburguesas de Mc Donalds. El producto elegido fue el Big Mac ya que era un bien homogéneo presente en todos los locales de la cadena en todo el mundo. El “Índice Big Mac” se ha transformado en un clásico para tener una rápida visión de la sobre o subvaluación de los tipos de cambio.

El “Índice Big Mac” se fundamenta en la “teoría de la paridad del poder de compra”, según la cual la relación de cambio entre dos divisas debería igualar la relación entre los valores expresados en las dos monedas de una canasta que contenga el mismo monto de un conjunto similar de bienes. [2] Tratándose de bienes transables internacionalmente, la doctrina asume la vigencia de la ley de un solo precio”. Esencialmente, la doctrina se refiere a una situación de equilibrio de los tipos de cambio de largo plazo; en el corto plazo distintas fuerzas pueden afectar la relación de paridad. De cualquier manera, resulta de interés el análisis de los desvíos de los tipos de cambio de la relación de paridad en el corto plazo.

A fin de indagar en el nivel del tipo de cambio local, se realizó una estimación del tipo de cambio de paridad respecto del dólar estadounidense. Pero a diferencia de The Economist, se recurrió a otra canasta de bienes. En Buenos Aires hay dos locales de una cadena internacional de pizza y pastas; Pizza Piola. Esta cadena tiene locales en tres ciudades de EE.UU.: Washington, Miami y Raleigh (North Carolina). A fin de realizar las comparaciones, se conformó una canasta con tres tipos de pizzas y dos platos de pastas. La elección de esta cadena permitió acceder a una canasta homogénea ya que en las tres ciudades de EE.UU. y Buenos Aires se ofrecen platos similares. Para estimar el tipo de cambio de paridad se promedió el costo de la canasta de las tres ciudades de EE.UU. [3]

lucangeli 18 de noviembre

En consecuencia, el tipo de cambio de paridad sería de $ 11,02 por dólar estadounidense. Si comparamos este valor con la última cotización del tipo de cambio oficial ($ 8,51), el tipo de cambio estaría subvaluado (el peso estaría sobrevaluado) en un 29,5%. El “dólar ahorro” ($ 10,20) está por debajo del precio de paridad, lo cual es congruente con la sostenida demanda de este activo y algo similar sucede con el “dólar turista” ($ 11,48) que está levemente por arriba del tipo de cambio de paridad. El “dólar blue” –cotizado a $ 13,5- estaría un 23% por arriba de la paridad. Suena como una razonable prima de riesgo.

En general, los desvíos positivos (sobrevaluación) o negativos (subvaluación) del tipo de cambio respecto del de paridad tienen que ver con la situación macroeconómica, especialmente del sector externo. Los flujos positivos de capitales o síntomas de “enfermedad holandesa” provocarán subvaluación del tipo de cambio; por el contrario, dificultades en el balance de pagos tenderán a un contexto de revaluación del tipo de cambio. Caso curioso el de la Argentina: conjuga problemas de balance de pagos con atraso cambiario.

La revaluación cambiaria no es un fenómeno reciente. Ya en 2008/09 la revaluación fue acompañada de la imposición de restricciones cuantitativas. La política comercial se concentró en la utilización de las licencias automáticas y no automáticas para administrar las importaciones, derivando a una administración más discrecional. A posteriori, las restricciones cuantitativas se extendieron al mercado financiero de cambios, lo que popularmente se conoce como el “cepo cambiario”.

A similitud del modelo borgeano del laberinto, “…el rigor del camino no tendrá fin ya que tercamente se bifurca en otro”. [4] En este caso, a toda restricción cuantitativa le seguirá, tercamente, otra restricción. Nos adentramos, caprichosamente, en el laberinto.

¿Será posible salir del laberinto? Como dice la moraleja inicial: ¡Cerrá, cerrá…que después te explico!

* Director de la Maestría en Relaciones Económicas Internacionales, FCE, UBA

[1] Cerrá que después te explico, Moraleja; H. Ferrer (letra) y R. Garello (música), 2004.

[2] Se atribuye a Gustav Cassel el planteo original de la doctrina. G. Cassel: “Abnormal Deviation in International Exchanges”, Economic Journal, September 1918.

[3] La canasta está conformada por los siguientes productos: pizza Margherita, pizza Quattro Formaggi y pizza Carbonara. En el caso de las pastas corresponde a Spaghetti alla Crudaiola y Fettucine al Ragu. Debido a que el tamaño de las pizzas en EE.UU. es intermedio entre las chicas y grandes locales, la canasta incorporó dos unidades de cada una en EE.UU. y una chica más una grande de cada tipo en Buenos Aires.

[4] Jorge L.Borges: “Laberinto”, en Elogio de la sombra, 1969

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