
Por Jorge Lucángeli*
Cuando mi pingo pisó las arenas de Palermo
Artigas se sintió enfermo y Legui se las tomó.
Mi “yobaca” se alineó entre un lote de campeones
los vasos como pisones, la panza casi rasante,
parecía un elefante en un mitín de ratones.
La indiada gritó: «¡Largaron!» y ahí fue el merengue, ¡Dios mío!
Un pingo rajó pa’l río, los otros se desbocaron.
Datos y fijas fallaron, nunca se vio nada igual,
y mi robusto bagual, al tranquito y sin alarde,
llegó tres días más tarde, pero ganó El Nacional. [1]
En marzo 2016 publicamos una nota sobre el tipo de cambio de paridad, en la cual se destacaba el atraso del tipo de cambio argentino. [2] Se recurrió a la estimación del “Big Mac Index” que elabora The Economist para un conjunto de países a través de los precios del “Big Mac”.[3] The Economist publica semestralmente (enero y julio de cada año) la estimación del índice creado en 1986 basado en la paridad de poder de compra para hacer la evaluación del alineamiento de las divisas. El tipo de cambio de referencia es el dólar estadounidense y los desvíos de los tipos de cambio están referidos a esa divisa. Los desvíos con signo negativo indican la proporción en que el tipo de cambio vigente está por arriba del tipo de cambio de paridad. El tipo de cambio está sobrevaluado (la moneda local está subvaluada). Por el contrario, los desvíos con signo positivo indican en qué proporción está por debajo del tipo de cambio de paridad. El tipo de cambio está subvaluado (la moneda local está sobrevaluada), habría “atraso cambiario”.
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